Con lo que cuesta a veces ser conciso, y lo bien que se le da a algunas personas decir mucho con pocas palabras. ¿Sabríais resumir en nueve palabras cómo debe actuar un político 2.0? Manuel M. Almedia sí: “El político 2.0, dice, debe hablar menos y escuchar más”.
¿Sencillo, verdad? Pues no sabéis lo que les cuesta a los políticos entender la web 2.0.
Algunos cogen al vuelo la idea, y lanzan eslóganes de teoría perfecta como ese de Carme Chacón -“hay compañeros que creen que la democracia es contar militantes, y yo quiero que los militantes cuenten”-, aunque no se sepa exactamente si hay contenido detrás del continente. Si hay ética tras la estética de la frase.
Y es que los políticos saben que ya no pueden hacer política al margen de las redes sociales, pero tampoco saben cómo utilizarlas. No es su hábitat natural, como señala el asesor en comunicación Gutiérrez Rubí. No entienden que la base de la política 2.0 no es simplemente estar en las redes, sino ser transparente, abierto y colaborativo. O sea, repensar la política.
Algunos políticos pueden estar más dispuestos (Cayo Lara pidió a los internautas ideas al comienzo de la legislatura) y otros menos (Gallardón tardó menos de un mes en cerrar sus perfiles tras el 20-N y José María Barreda no volvió a actualizar su blog tras las autonómicas). Ejemplos como estos hacen pensar que no se creen la dimensión del fenómeno y por eso usan las redes de forma cortoplacista y electoralista. De hecho, en las elecciones del 22-M los gabinetes tuvieron una gran actividad en las redes (Cospedal, por ejemplo, hizo algunos anuncios esperados por los MCS en twitter), pero las usaron para lanzar mensajes, no para dialogar ni para escuchar.
Y a todo esto, parece que los políticos españoles no han entendido nada tras el 15-M o tras la primavera árabe. Han buscado estigmatizar o ignorar el movimiento, y no se han dado cuenta de que es un fenómeno global que ha llegado a ser considerado –englobado en ‘The Protester’- por la revista Time el protagonista del año. Por eso, los políticos no han permitido que nada cambie tras el 15-M: los partidos no son más abiertos ni han permitido limpiar a sus ‘manzanas podridas’ por la corrupción y la democracia no es más participativa. Pero estamos sólo al principio de este proceso.
Esther Navarro
/ 23/01/2012Cristina, muy interesante la reflexión que dejas en este post pero, en mi opinión, no se trata de Política 2.0, se trata de hacer Política, lo que pasa es que no estamos acostumbrados, llevamos tanto tiempo viendo a sucedáneos de políticos y sucedáneos de partidos políticos que no tenemos otra referencia.
Yo creo que la verdadera política es representar a un colectivo, a tus votantes, y qué otra manera hay de representar bien a alguien si no es conociéndole y escuchándole.
Espero que, al menos la codicia de lograr el título de Político 2.0, les haga regresar a los orígenes de esa bonita palabra y acostumbrarse al debate, al diálogo, a la conversación y, sobre todo, a la humildad de ser un representante.
Buen día
Cristina
/ 22/01/2012Estoy totalmente de acuerdo contigo. Los políticos no han entendido que no sólo hay que estar en las redes sociales, pero creo que les asusta el feedback. Dar voz al pueblo y escucharlo se puede convertir en un arma de doble filo.