Periodismo ciudadano: un quinto poder que asusta

Leo en periodismociudadano.com que The Guardian cerrará próximamente su edición en papel para dedicarse a practicar el periodismo ciudadano. Es decir, para fomentar que sean los ciudadanos (y no las empresas de comunicación) los que recojan, analicen y difundan la información a la que tienen acceso. Por lo visto, The Guardian lleva tiempo trabajando en ello con buenos resultados, como lo hizo al proponer a sus usuarios que investigaran  los hábitos de gasto de los parlamentarios británicos. Con la ayuda de esos periodistas ciudadanos, The Guardian fue capaz de cosechar miles de páginas que analizaban cómo los funcionarios gubernamentales estaban utilizando los impuestos.

El asunto no es baladí. Aunque muchos todavía no estén familiarizados con él, está cogiendo impulso sobre todo en los lugares de más difícil acceso para los corresponsales (desde el tsunami de Indonesia de 2004 a la primavera árabe de 2011 pasando por los atentados de Londres en 2005, las protestas en Birmania en 2007 o la marcha verde iraní en 2007). Allí donde la censura es más férrea, el periodismo ciudadano emerge con más fuerza. Tanto que algunos ensayistas consideran ya que el periodismo ciudadano es el quinto poder. Es decir, que el cuarto poder (los medios) y los Estados están ahora vigilados por un quinto poder disgregado y ubicuo: los ciudadanos, según sostienen Óscar Espiritusanto y Paula González en el libro ‘Periodismo Ciudadano’.

La iniciativa me genera inquietud: ¿En qué se queda el periodista, cuál será su papel, si ahora es el ciudadano (antiguo lector) el que informa? Esta pregunta es el hándicap principal con el que cuenta el periodismo ciudadano: el miedo de los profesionales del periodismo a convertirse en prescindibles dentro de las empresas de comunicación.

Una situación que los defensores e impulsores del periodismo ciudadano niegan. Así, Howard Rheingold, experto en las implicaciones culturales, sociales y políticas de las nuevas tecnologías de la información,  y defensor del periodismo ciudadano, cree que este fenómeno no debe suponer una amenaza para el profesional, que tiene una ingente labor que desarrollar dentro de él, como verificar la información que puede llegar de cualquier parte del mundo, averiguar si hay más de un punto de vista sobre un asunto, buscar a personas que ofrezcan diferentes versiones o contextualizar las historias buscando el trasfondo político y cultural. Porque el periodismo ciudadano, según defienden algunos de sus promotores en el libro ‘Periodismo ciudadano’, “ni va a terminar con el periodismo ciudadano ni este ha sido nunca su objetivo”.

Así sea.

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9 comentarios

  1. Cristina Vives

     /  08/02/2012

    Efectivamente, Mar, muchos ejemplos de periodismo ciudadano que actualmente se están producendo vienen de América del Sur. Parece que está más desarrollado que en España, ¿no?

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  2. Mar

     /  07/02/2012

    El periodismo ciudadano o urbano está más desarrollado academiamente en algunos lugares de suramérica, en Colombia se desarrolla bajo un marco que busca resultados y para ello se utilizan brigadas universitarias. El que debatimos como periodismo ciudadano es espontáneo, el que prima la palabra y afirmación de la gente en el lugar de los hechos o como parte del suceso que lo afecta.
    Las redes ya ejercen éste » llamado quinto poder» y existe un sin número de variantes que distorcionan o no hacen plenamente objetiva la «información». Es util y vital para lo que lamaría de «primera mano».
    Los otros detalles del proceso de informar requieren de personas que se dediquen a ésta función con mucho interes y el objetivo de entregar datos y cifras sin intereses personales. En radio tengo la experiencia de que el entusiasmo y la prioridad de la fuente ( el ciudadano) es la que prima y si hay un contenido politico se puede llegar a la manipulación.

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  3. Cris_J

     /  02/02/2012

    No creo que sea adecuado llamarle «periodismo ciudadano» porque lo que los ciudadanos hacen es emitir información sin contrastarla y sin ver todos los ángulos de cada suceso.
    El problema actual es que las empresas de comunicación ya no apuestan por la calidad ni del producto, ni de los profesionales. No han sabido adaptarse a los nuevos tiempos y piensan que lo único importante es ser los primeros, olvidándose de que lo realmente necesario es ser los que mejor informan.
    Los ciudadanos son una grandísima e importatísima fuente de información que se ha menospreciado en España por el coleguismo editorial entre medios y partidos políticos, una situación que se ha llegado a percibir como que los políticos y periodistas están a una altura mayor que los ciudadanos. Ése ha sido el problema: perder el norte, olvidar que los periodistas eran los intermediarios.
    Y, en cualquier caso, aun a favor de una revisión de la profesión periodística, SIN PERIODISTAS, NO HAY PERIODISMO.

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    • Cristina Vives

       /  02/02/2012

      Muchas gracias por vuestras aportaciones, creo que habéis enriquecido muchísimo mi post con vuestras reflexiones sobre el presente y el futuro del periodismo. Esa es lo mejor de escribir un post, que no está completo hasta que los lectores se convierten en protagonistas, opinan y dan más nivel al texto inicial. De vuestras opiniones deduzco que no hay que temer al periodismo ciudadano sino aprender a convivir a él y a sacarle partido aportándole nuestra profesionalidad. Me quedo con esa óptica.

      Responder
      • Mar

         /  07/02/2012

        Cristina :
        Me sumo plenamente con tu postura, nos queda sumarnos a la «ola informativa» y apotar la experiencia y el conocimiento del ejercicio de comunicar e informar.
        Mar

  4. Enhorabuena por el post y por el blog, Cristina. Comparto lo que dice Howard Rheingold y me gustaría dar un paso más allá: el periodista, entendido como profesional de los medios de comunicación, siempre ha existido y siempre va a existir. Pero debemos ser conscientes de que debemos cambiar el chip. Además de realizar acciones que ya se dan por sabidos a cualquier periodista que se precie de llevar esa profesión a cabo, como el constraste de informaciones, ahora debemos ser conscientes de que el público es mucho más exigente, porque interacciona permanentemente con nosotros desde cualquier forma de comunicación imaginable. Y, efectivamente, ese público puede llegar en algunos casos a ejercer la labor de un periodista sin haber sido formado ni tener la experiencia suficiente para ello, pero ahí está uno de los grandes retos de la utilización eficiente y eficaz por parte de los periodistas y de las empresas de comunicación. La información no es unidireccional desde hace años, sino que tiene, al menos, dos direcciones, lo cual obliga al periodista a ser aún más exigente consigo mismo y con su relación para con el resto de la sociedad. Yo, sinceramente, no creo que desaparezcan los periódicosa de papel. O, al menos, creo que en España tardaremos muchas décadas en ver que esto se produzca. Lo que sí creo es que los diarios impresos de información general deberían reorientar su negocio y su oferta realizando un periodismo mucho más pausado, de análisis, de debate y de confrontación de ideas. Algo parecido a lo que ofrecen en buena parte de sus suplementos del fin de semana, pero a diario. Las principales noticias del día las estamos recibiendo al momento de producirse en nuestro propio móvil. No es necesario siquiera encender la radio. ¿Cómo es posible que se pretenda seguir publicando periódicos a diario cuyas páginas son, en un 70%, noticia+foto de algo que ya conocemos muchas horas antes?

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  5. Ana Sedeño Mombiedro

     /  01/02/2012

    Muy interesante el artículo. Es cierto y evidente que ese «Periodismo ciudadano» está emergiendo, pero pienso y quiero creer que sin periodistas no habrá periodismo, siempre tendrá que haber personas (formadas, especializadas) que se dediquen a esa tarea y no a ratos o esporádicamente. Sin duda, el periodismo tendrá que cambiar, evolucionar y los periodistas también.

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  6. Estoy de acuerdo con Rheingold, el ciudadano dominará el qué, cuándo y dónde de la noticia pero para el cómo y el por qué se necesitará al periodista. Creo que nuestro trabajo se dirige hacia acciones y herramientas que impliquen un necesario trabajo en la contextualización y verificación de los hechos de los que informan los ciudadanos.

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  7. El porqué de esa situación, lo achaco básicamente a dos razones:
    1ª La profesión del periodista está mal pagada y mal considerada socialmente, por la razón que expongo a continuación.
    2ª No hay libertad, ni neutralidad, ni objetividad en los medios de comunicación, no hay más que ver la situación de España, según los dos grandes bloques de medios de comunicación, afines a los dos grandes partidos políticos. Lo que ha motivado que el ciudadano de a pie sea mucho más objetivo a la hora de interpretar las noticias y los datos (no las opiniones) que la mayoría de los periodistas. Y lo que es peor, creo que esta situación no va a mejorar. Como ejemplo de ese empeoramiento es que, en mi opinión, los periódicos en papel tienen los años contados y aparecerán los periódicos digitales (aunque ya existen, pero en un grado muy superior), donde los lectores tendrán un papel mucho más relevante que en la actualidad.
    Cayetano Gutiérrez Pérez

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