Como os decía, el periodismo ciudadano suma adeptos y detractores dentro y fuera de la profesión periodística. Así lo he podido comprobar en vuestros comentarios al primer post que dediqué a analizar el fenómeno y en vuestras reflexiones en los grupos de Linkedin en los que participo.
Si llevamos el periodismo ciudadano a juicio, el principal argumento de la defensa sería que permite al usuario final acercarse a información de lugares o circunstancias en los que sería muy difícil obtenerla mediante periodistas profesionales, como es el caso de dictaduras o grandes catástrofes naturales.
El argumento de la acusación, por el contrario, sería que el hecho de que cualquier ciudadano pueda convertirse en periodistas devalúa o, mejor dicho, puede devaluar el acto de informar. Cualquiera no debe poder ser periodista, aunque su información pueda ser de gran interés, diría el letrado.
Pero hay muchos más aspectos a tener a cuenta. He leído atentamente algunas reflexiones que vosotros mismos me habéis hecho llegar y me han servido para acercarme, de vuesta mano, a nuevas conclusiones.
1. La información no es unidireccional desde hace mucho tiempo. Y la bidireccionalidad exige mucho más del profesional. Sus lectores son, de hecho, quienes le exigen mucho más.
2. El periodista ciudadano dominará el qué, el cuándo y el dónde, pero el periodista profesional le añadirá el como y el por qué. Es decir, verificará la información y la contextualizará.
3. Sin periodistas no hay periodismo, pero la profesión debe evolucionar de la mano con las nuevas tecnologías y la interacción en la Red. Tampoco el periodismo ciudadano pretende hacer periodismo sin periodistas.
4. Los periódicos de papel deben reorientarse. Ya no vale ofrecer información de algo que pasó hace 22 horas. Y esa redefinición puede pasar por elaborar unos contenidos más pausados y en mayor profundidad.
5. La inmediatez provoca que se priorice la rapidez por encima de la calidad. Es necesario aunar rapidez (todos queremos ser los primeros) y calidad.
6. Algo falla cuando el ciudadano no confía en los periodistas. Y es que la falta de objetividad de los medios ha provocado el descrédito de los periodistas. El ‘Informe Anual de la Profesión Periodística 2011’ de la APM ya alertaba de esa pérdida de la credibilidad de los medios frente a la sociedad. Tanto, que los ciudadanos consideran que el último factor que los periodistas tienen en cuenta a la hora de seleccionar qué es noticia es el interés de la sociedad.
7. El periodismo ciudadano no es una moda. Es una evolución lógica del propio acto de informar y del crecimiento de la capacidad de crítica del ciudadano, además de la facilidad del acceso a las herramientas 2.0. Otra cosa es que llamarlo ‘periodismo’ sea más o menos adecuado.
Escribiendo, me surge una pregunta: ¿No se estarán equivocando de enemigo los que tanto critican el periodismo ciudadano e incluso niegan su existencia? ¿No serán esa falta de credibilidad y de calidad en muchas piezas los enemigos reales de la profesión?
Débora
/ 09/02/2012Creo que el mal llamado «periodismo ciudadano» no es una amenaza para nuestra profesión. Yo lo veo como una fuente más de información. Porque es eso: información que llega desde lugares a los cuales no hay fácil acceso para la prensa. Pero la edición y elaboración del material, la decisión de qué publicar y qué no, cómo hacerlo, etc. quedará siempre en manos de quien estudió y se perfeccionó para eso. Es decir, los periodistas.
Cristina Vives
/ 10/02/2012Hola Débora. Veo, como muchos compañeros, que incides en el nombre elegido y en las pretensiones que el fenómeno puede tener. Si le llamáramos ‘información de fuentes’ o algo parecido en vez de ‘periodismo ciudadano’, como apuntaba otro compañero en un grupo de Linkedin, el periodista profesional se sentiría menos invadido, ¿verdad?
Javier Semprún
/ 08/02/2012¿Qué significa realmente «periodismo ciudadano»? Porque si cumple con las premisas del periodismo: contraste de fuentes, capacidad de análisis, habilidad en la exposición, respeto al concepto de noticia, es periodismo y punto. Y si no cumple con esas premisas, y selimita a transmisión de datos, hechos, comentarios, rumores, etc, sencillamente no es periodismo.
Durante el siglo XX, los radioaficionados han cumplido con el mismo papel que ahora cumplen los cidadanos con sus móviles… la diferencia es la celeridad, la saturación, y la universalidad en el acceso.
Sin embargo, elciudadano que quiere ver esas imágenes del suplicio a Gadafi, por ejemplo, o del sunami invadiendo las playas de indonesia, termina buscando la explicación del periodista. En cierto modo, ocurre con el fútbol. Asisitmos a un encunetro, lo disfrutamos, lo vemos por la tele, pero al día siguiente queremos leer la crónica en los periodicos.
La tecnología universaliza procesos, abarata costes y nos obliga a demostrar qué somos, para qué servimos, y por qué somos necesarios. Nos obliga a competir con ciudadanos que creen que pueden invadir nuestra parcela profesional, y lo haremos con calidad, y extendiendo la sreglas del juego a todos los ámbitos: responsabilidad penal y civil, proitección a la propiedad industrial e intelectual, etc.
Internet no es un enemigo para el periodista. En todo caso, es una amenaza para las empresas que han basado su negocio no en la labor delos periodistas, sino en el control de los mismos.
Me pilla algo mayor, pero soy muy optimista con resecto a una profesión que debe ajustar la producción de profesionales… si no lo hacemos en la fase de formación, lo seguirá haciendo el mercado.
Ladiferencia es que en fase de formación,los que no acceden se forman en otras parcelas. Si lo hace el mercado, se envía al paro a personas formadas.
Cristina Vives
/ 10/02/2012Hola Javier. Pues en eso estamos. Analizando con la mayor profundidad y perspectiva crítica qué es y qué repercusiones tienen el periodismo ciudadano. Me quedo con dos reflexiones tuyas:
1. Si el ciudadano quiere ver esas imágenes de Gadafi e Indonesia al final quiere que se las explique y contextualice el periodista profesional (es decir, colaboración entre todos).
2. Si el ciudadano invade la parcela del periodismo éste debe responder con más calidad. Si el periodismo ciudadano ayuda a aumentar la calidad de los profesionales y le hace cumplir las premisas que debería tener, adelante. Le estaremos muy agradecidos.