
Foto obtenida de http://www.bytepr.com
Lo reconozco: mi titular es un plagio versionado. Lo leía hace unos días en el siempre recomendable portal puromarketing.com, que sigo habitualmente para estar al día de las últimas novedades en social media. Escribía Carlos García-Hoz, director de una agencia de publicidad especializada en el mundo digital, que “la vida es lo que pasa mientras miras el Whatsapp”. Y la frase me hizo reflexionar sobre si no sólo la mensajería instantánea, sino también y sobre todo las redes sociales nos están convirtiendo, paradójicamente, en seres menos sociales.
O al menos extrañamente sociales. Porque utilizamos Facebook para retomar la relación con amigos del colegio, Twitter para seguir a gente de cualquier continente y Linkedin para contactar, estén donde estén, con profesionales de nuestro ámbito (o de cualquier otro, que también en ella hay quien se dedica a la colección de amigos). Somos pues, muy sociales. Pero seguimos sin saludar al vecino del cuarto cuando lo encontramos dos calles más allá de nuestro portal y mientras cenamos con nuestra pareja nos preocupa más subir a alguna red la foto de la vista que hay desde el restaurante que preguntarle cómo le ha ido el día.
Nos hemos convertido, pues, en seres extrañamente sociales. Incoherentemente sociales. Incapaces de disfrutar de un viaje si el smartphone nos da problemas para subir las fotos, frustrados por haber corrido una mediamaratón sin poder contárselo a todos nuestros amigos. Indiferentes si el día de nuestro cumpleaños no nos felicita nuestro compañero de trabajo pero obsesionados esperando que lo hagan nuestros amigos de Facebook.
¿Amigos? Sí, esa gente con la que has cruzado tres palabras en tu vida y de eso hace ya 13 años. ¿Amigos? Sí, y probablemente te los encontrarás por la calle y ni los saludarás. Pero sabes con quién cenaron el sábado y dónde se despertaron el domingo.
Humanos, extrañamente sociales.
PD: Pese a todo, puedes seguirme en Twitter (@CristinaVives3) y contactar conmigo en Linkedin. Incongruencias de la vida..
Imagen obtenida del post «Cuando las redes sociales se convierten en una obsesión«, publicado por Beatriz González Pozo en http://www.bytepr.com.
Claudia
/ 21/07/2012Si, la verdad que muy incongruente pedir que te sigan en las redes sociales después de lo que decís ;), por cierto no deberías generalizar, no todo el mundo las usa de la forma en que decís y en cuanto a la mayoría, es cuestionable. ¿En qué estudio serio te basás?
Cristina Vives
/ 21/07/2012Hola Claudia. Efectivamente, soy incronguente y trato de asumir mi incronguencia. Yo misma me reconozco en muchos de los ejemplos que doy, porque yo misma, a veces, me reconozco más social en las redes que en mi vida no virtual. La idea de este post era hacer autocrítica de una realidad que yo creo que existe más allá de que se haya hecho un estudio o no (que seguro que se ha hecho): la obsesión por subir todo lo que somos, pensamos o vivimos a nuestros perfiles en redes. Evidentemente, no todo el mundo vive dentro de esta obsesión. Pero creo que existe y que nos podemos permitir el lujo de ironizar sobre ella. Muchas gracias por tu participación.