Lo confieso. Yo soy de esas que siempre juró que nunca tendría móvil. También, año a año, pasé mi adolescencia repitiendo a quien me quisiera escuchar que nunca me enamoraría. Incluso algún día debí prometer que nunca viviría en una ciudad que no fuera Reus y hasta debí fantasear, jurándoselo y perjurándoselo a alguien, que yo nunca sería de esos que se pasan el día en las redes sociales. ¿Yo?, ¡qué va!
Y claro, ya os imagináis qué pasó: adicta al smartphone, enamorada y no sólo de la vida, en una ciudad que no es Reus y profesional (me gusta pensar que crítica) de las redes sociales. Consecuente no lo debo ser mucho, o tal vez mejor decir que evoluciono rápido, y por eso no me sonrojo al escribir el post que nunca pensé escribir. El post, para mí que siempre he jurado que nunca escribiría sobre tópicos, más tópico: ese del balance, la revisión, la retrospectiva de 2012. El 2012 visto desde Comunicar en Tiempos Inciertos. Mis diez posts más leídos:
- Cómo convertir una amenaza en una oportunidad: El caso de Pepsi
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- ¿Debe estar mi empresa en las redes sociales?
- ¿Por dónde anda el community manager de Bankia?
- Profesionales de los gabinetes de comunicación. ¿Verdaderos periodistas?
Y para acabar, ya que este post va de autobombo y masaje al ego, mi ego, mis cuatro posts preferidos -no los mejores, sino mis preferidos- de entre los que no están en la lista anterior:
- Dime que me quieres, Google, aunque sea mentira
- Descanse en paz, privacidad. Usted es sólo un cadáver
- Los 9 regalos que el periodismo le pediría a los Reyes Magos.
- Manual de autoayuda para blogueros novatos (I)
Y hasta aquí mi autohomenaje. El balance esperado y esperable. El balance hecho el único día del año en que, tristemente, el ser humano se sienta a hacer balances. Lo que siempre juré que nunca escribiría, yo que siempre juré que nunca sería convencional.
…..
Un artículo dedicado a aquellos que creen que siempre o nunca es quizás demasiado tiempo.
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Publicado por Cristina Vives el 31/12/2012
https://comunicarentiemposinciertos.com/2012/12/31/el-post-que-siempre-jure-que-nunca-escribiria/