Los periodistas, junto a los jueces, son los profesionales peor valorados por los españoles, según una encuesta del CIS algo chapucera, para ser sinceros. Y digo que es chapucera porque los encuestados sólo podían elegir entre 16 profesiones y no podían votar ni por banqueros ni por políticos (es cierto que la política no debería considerada una profesión, pero tampoco la de sindicalista, que sí está en la lista de 16).
Sea como fuere, que las ramas no nos impidan ver el bosque: El periodismo agoniza en medio de la desconfianza de quien debería concederle crédito: los lectores. Un desprestigio que sólo puede ser una causa lógica de la mala praxis no tanto de los profesionales como de las empresas editoras. Y es que los medios de comunicación (me centro aquí en la prensa escrita porque es el ámbito que más domino) potencian día sí día también esta desconfianza del ciudadano hacia ellos. Veamos tres portadas recientes que nos servirán de ejemplo de esta afirmación.